lunes, 28 de enero de 2008

El regalo olvidado.

Ángela era una niña afortunada.
En Navidades y Reyes había recibido montones de regalos. Muchos más de los que había pedido y desde luego muchos más de los que necesitaba.
Era hija única, y tenía un montón de familia y amigos que se acordaban de ella en estas fechas y se esforzaban por hacerla feliz con sus regalos.

Pero lo que más le gustaba a Ángela era jugar con su ordenador, con la consola y ese tipo de juegos electrónicos.
Pasaron días desde las fiestas, y algunos de los regalos estaban incluso sin abrir, apilados en su habitación.

Este año había una novedad en su casa, además: a su papi le había salido un trabajo fuera, y por primera vez tenían que pasarse tiempo separados.
A Ángela la entristecía no tener a su padre todos los días con ella, pero como tenía recién estrenados los juguetes de Navidades, tampoco se dio mucha cuenta al principio.
Hasta que un fin de semana la castigaron sin poder jugar al ordenador ni a la consola.
Ángela descubrió que se aburría. Y empezó a echar mucho de menos a su padre.

--¡Jolines! --pensaba-- Si papá estuviera, podría salir con él a jugar fuera, con la bici o los patines.
-- Si papá estuviera, podríamos jugar a las cartas, o a hacernos cosquillas...

La mami de Ángela, como todas las mamis, tenía que trabajar y cuidar a la vez a su hija y ocuparse de la casa, así que no le quedaba demasiado tiempo para jugar con ella.

-- Tienes muchos juguetes, todavía algunos sin abrir -- le dijo cuando se quejó de que se aburría-- Juega tú solita que yo tengo mucho que hacer, todavía me falta una lavadora, dos planchas, la comida, la cena, la aspiradora...

Así que Ángela se fue a su habitación, a revolver entre paquetes.
Y encontró uno con una nota que parecía la letra de su padre y que ponía: " El mejor regalo contra el aburrimiento".

¿Qué podría ser?

Lo abrió. Era un álbum lleno con fotos de ella. Fotos de ella de recién nacida, fotos de ella con un año, con su primer triciclo, su primer patinete, su primera muñeca, Ángela dejando el chupete, Ángela en su primer día de cole, Ángela con su primer disfraz, Ángela en la playa...
Y cada foto llevaba una nota escrita por sus padres, donde contaban lo felices que habían sido aquel día con ella.

Al final del álbum, había una carta de su padre. Le decía que él tenía otro álbum igualito a ese, y que lo llevaba siempre consigo cuando tenía que salir a trabajar fuera. Así lo leía cada noche y se sentía casi casi en casa, muy cerquita de ella.

Leyendo, leyendo, a Ángela le llegó la hora de dormir en un suspiro.
¡Era cierto que era un regalo estupendo contra el aburrimiento!
Recordar todos los fantásticos momentos que había pasado con sus padres era como leer el libro de su vida. Y era el mejor libro del mundo. Y, además, tenía aún muchas hojas por escribir.

Esa noche le pidió a su madre que le hiciera una foto en la cama,antes de dormirse, con el álbum en las manos, para ponerla a continuación de las demás fotos.
La próxima vez que su padre pudiera venir le daría una copia, para seguir escribiendo todos juntos ese libro que les recordaba cuánto se querían y qué bien se lo pasaban juntos.


Para Ángela, nueve años.

¡Feliz Cumpleaños, Ángela!

Hoy celebra su cumpleaños, nueve añazos ya, Ángela, una de nuestras primeras palabrincos.

Celebró su cumple el sábado pasado con un montón de amiguitos, que se lo pasaron estupendamente.

A continuación voy a subir tu cuento de cumpleaños, espero que te guste y que te sirva para recordar que este año tienes que leer más todavía que el anterior, porque eres un año más grande y te caben más cuentos dentro.

Un abrazo, bonita.

Nuevo año, nuevas entradas

Queridos Palabrincos.

Mami Palabrincos ha pasado otra racha enferma, Navidades incluidas. Pero los Reyes Magos han prometido traerme energías nuevas y un bastón con dibujos malvas, así que vamos a intentar volver a mantener este sitio activo.

Un palabrincabrazo de año 2008 para todos y muchas letras nuevas.